Sería cómodo decir que es por culpa de los “intereses de las
corporaciones petroleras anti patria y
golpistas” que el precio de la nafta en Argentina bajó el 5% mientras que el
precio del petróleo cayó en el mundo un 40%, pero la verdad que no me convence
mucho el argumento.
Por otra parte, se complicaría el relato porque hay que
recordar que dentro de estas “corporaciones del mal” hoy se encuentran amigos
(socios) del gobierno como Eskenazi, quien compró  parte de YPF con dividendos futuros de la
propia YPF, es decir sin poner un peso. También se encuentra  el empresario estrella del firmamento K, Cristóbal
López,  que compro el 51% de Petrobras
Argentina. Seguramente adivinan como lo hizo, sin poner un peso. Se fondeó más
de 1.200 millones de pesos no pagando impuestos a la AFIP, para después entrar
en una moratoria a 10 años con una tasa del 17%. Baratito el crédito que le
dimos. En fin, a parte de no ser cierto que la nafta no baja por las petroleras,
quedaría mal ensuciar a los “amigos”.  
Hagamos a un análisis más serio, no como cuando Kicillof dijo
“quédense tranquilos, esta todo estudiado” y nos fuimos al default.  Veamos qué pasó con el sector y por qué hoy
los cambios de precio en el petróleo no los vemos en la nafta. 
Cada vez menos
estaciones de servicio 
Según las estadísticas de la Asociación de Estaciones de
Servicio (AES), en los últimos 10 años cerraron más de 2.250 estaciones de
servicio en el país.  Es notorio ver en
varias ciudades, como en esquinas donde había bocas de expendio de combustibles,
hoy se levantan edificios, locales comerciales u otro tipo de comercios. Si
vamos a la raíz del problema, es sencillo: cuando cae la ganancia en un sector,
los que participan en él dejan de invertir, mudándose a otra actividad más
rentable. 
La rentabilidad del negocio se vio afectada por dos
variables. Por un lado, la caída en los ingresos, debido a las tarifas congeladas
(al menos hasta la “estatización 51%” de YPF) y las restricciones al volumen
que pueden vender las estaciones de servicio, mediante la resolución oficial
25/2006, que estableció cupos a la entrega de combustibles. Por otro lado, la
suba de los costos siempre estuvo por encima de los aumentos en las naftas, sobre
todo los salarios que representan casi el 60% de los costos totales para un
expendedor. 
Entonces, por más que el crudo baje la inflación en dólares
no permite bajar los precios de la nafta porque los costos suben en dólares y
la rentabilidad sigue cayendo. Menos estaciones y más cola para cargar
combustible, una costumbre que adquirimos en la década ganada.  
Litros de
impuestos.  
Otra rigidez para bajar el precio de los combustibles es que
cuando los compramos en realidad estamos comprando impuestos. Argentina se
encuentra al tope de la región en carga impositiva sobre los combustibles. En
naftas casi la mitad del precio que pagamos son impuestos (45%), mientras que
en gasoil, un combustible directamente vinculado al sector productivo, llega al
38%. Para este último, si comparamos con países vecinos, en Brasil la carga
impositiva es sólo el 21%, en Chile del 24%, en Perú del 25% y en EEUU del 13%.
 De modo que, es difícil que se sienta la
baja en las naftas o diesel cuando baja su materia prima (petróleo), si en
nuestro país la mitad del precio son impuestos y no bajan la carga impositiva. 
Aprovechar mientras dure
No me gusta la gente pesimista y no les quiero pinchar al
globo, pero tengo que decirles que le veo poca vida a esta rebaja navideña del
5% en los combustibles anunciada por CFK en cadena nacional. Tengo que
recordarles, ¡seamos optimistas!, que tenemos una inflación esperada del
30%  para el año que viene. Últimamente,
como indica la lógica, los precios de los combustibles acompañan la inflación,
sobre todo desde que YPF volvió a ser “nuestra”. En este último año YPF subió
más del 40% los precios, y si tomamos desde septiembre del 2013, más del 60%. O
sea, la veo muy difícil. 
No quiero quitar esperanzas para este año que se viene, así
que pensemos que la baja en el precio de los combustibles es buena, porque
ayuda a movilizar toda la economía, sobre todo los sectores más sensibles al
transporte de sus insumos o productos.
Todos sabemos que las promociones tienen un tiempo de vida
corto, así que a aprovechar mientras dure. Brindaremos por un nuevo año que nos
espera el 1 de enero con surtidores a precios más bajos. ¡Viva el corto plazo!
¡Feliz año nuevo! 

